miércoles, 14 de diciembre de 2011

Bendita Iglesia

             
                          Medios e iglesias   =   cinismo e hipocresía


   Tras el durísimo golpe contra la presunta, y nunca comprobada, autoridad moral de los mercaderes de la Fe -que andan siempre listos, con las leñas, los fósforos y las naftas bajo el brazo- sobre el pueblo argentino, en realidad no fue otra cosa que el incuestionable triunfo de la amplitud de pensamiento y tolerancia, sobre el cinismo y la hipocresía de curas, pastores, sacerdotisas, y otros nefastos personajes como Aguer, Bergoglio, Ernestina, Mitre, etc.
Ahora hay que preguntarse cosas, como por ej. ¿Por qué con los impuestos que pagamos los argentinos Hay que pagar –no subsidiar- el sueldo de 122 Arzobispos y Obispos a razón de 10 lucas a cada uno limpios de paja y polvo?.
¿Por que tenemos que mantener el sueldo de más de 1600 seminaristas y casi 700 sacerdotes?
¿Por que el estado argentino destina casi 40 Millones de pesos por año para mantener a una iglesia católica inquisidora y criminal, y también sostener a mas de 4000 cultos? unos mas infernales que otros.
Si bien es cierto que la iglesia católica recibió por todo el año 2010 40 millones de pesos esta cifra es ínfima si se toma en cuenta que de las arcas de l estado salieron 2500 Millones de pesos para subsidiar a las escuelas confesionales que regentean los curas. Esta es una discusión que aguarda algún escenario mediático, pero hay que saber que no son nenes de pecho. Con mas de 2000 años de comunicación y propaganda a cuesta.
Los curas saben perfectamente como defenderse y contraatacar. Tienen perfecta conciencia de esto y son temibles.
Desde el sitio oficial de la secretaria de cultos, se informa que se asignan por medio de sus diócesis y otros organismos, en concepto de sostenimiento del culto, partidas económicas para visitas AD LIMINA, sínodos, conferencias regionales, y viajes en cumplimientos de acciones pastorales. También se destina más plata a una red de 437 institutos de vida consagrada inscriptos que actúan a través de 4500 casas y obras apostólicas existentes en todo el país.
Aun, cuando el estado es el que paga los sueldos de  los arriba mencionados, los curas que se la van de humanistas y progres, no pagan impuestos, no tienen cargas sociales, no aportan a ganancias, ni a la jubilación. Eso si, pueden jubilarse con jubilaciones graciables que, obviamente, paga el estado.
En esta condición están Antonio Basseoto, Christian Von Wernich o Juan Carlos Maccarone, el obispo echado de Santiago del Estero por mantener relaciones sexuales NON SANCTAS para la iglesia. También los pasajes son gratis por supuesto.
Esto no es nuevo y viene desde el fondo de nuestra historia., donde hubo un fusil, siempre hubo un sacerdote bendiciéndolo- al fusil por supuesto-
Durante la última dictadura fue sancionada la ley Nº 21450 en 1977 que fija las asignaciones mensuales vitalicias para el Arzobispo, obispos y auxiliares emeritos, además de otras “siete leyes” que ampliaron el número de curas e instituciones confesionales beneficiadas.
Pero mas allá del entramado legal, los curas hacen hincapié en la constitución nacional Art. 2º que dice, en otras palabras que todos los boludos nos tenemos que hacer cargo de estas y otras lacras, Amen.
El problema no son los 40 Millones de pesos- que son más que lo que destinamos a proteger los bosques, por ejemplo- Sino por los miles de Millones que van a las escuelas confesionales.
Desde que el “Conde de Anillaco” en la década del noventa descentralizo –MAL- los recursos, el ministro de educación de la nación no destina recursos con eventuales destinos a privadas o publicas. Los fondos van a las Provincias, y estas deciden su distribución.
Cálculos estimativos sitúan en el orden de los 84.000 Millones de pesos los gastos para este año, del cual 10000 millones irán para los colegios privados cuanto de ese sector de la educación privada representa a los confesionales es un rompecabezas muy complejo de armar.
Pero hay pistas evidentes que permiten rehacer un mapa cercano al real. De acuerdo al relevamiento oficial al año 2008, En todo el país existen 9114 de establecimientos privados de todos los niveles que de ese total 3638 son confesionales,  3220 no lo son y quedan 2256 establecimientos “sin información”.
Como en tantas áreas, ni desde el estado ni de la investigación académica. Abundan cifras definitivas ciertas, precisas y confiables, sobre este tema, que tradicionalmente incomoda a los funcionarios de cualquier laya- progresistas o no-.
Si tomamos los dos distritos más importantes, como son la Pcia de Bs. As. Y Capital Federal; en la Pcia de Bs. As. Son poco más de 5000 institutos privados, de las cuales 1452 son confesionales y, de nuevo 1954, aparecen como “sin información”.
Por lo menos hasta el año 2008 más de 2600 escuelas reciben el 100%  de subsidios para pagar salarios, 1315 recibían el 80%, y otras 868 entre el 20%  y el 80%, según una investigación de la licenciada Nora Veigas especializada en temas educativos, en la gran mayoría se trataba de escuelas confesionales, hasta aquí todavia no vimos ni entramos a tallar las inmensas masas de dinero privado asociados a la iglesia, ya sea por colectas, en depósitos bancarios, asociaciones de empresarios cristianos, o complejos sojeros, etc. etc. –mejor ni hablar de contrabandos de armas, trafico de influencias, lavado de dinero- Los párrocos sostienen que el estado solo aporta el 7 % de sus gastos, pero obvian mencionar de donde sale el otro 93 %  restante, ni tampoco da cifras reales de sus ingresos y en condiciones “de que”.
Los defensores del sostenimiento del culto católico con recursos estatales
Suelen retroceder casi 200 años de la historia Argentina par fundamentar el porque de ese gasto.
               Según el ex diputado Gentile lo que aparenta ser un privilegio tiene .una razón .histórica en la cuantiosa .confiscación de bienes que hizo el estado a la iglesia y a las ordenes religiosas durante los gobiernos de Martín Rodriguez y Rivadavia allá por el año 1822
Por supuesto nada dicen sobre el tema que Brasil, Uruguay y chile no sostienen ningún culto
.En España, por ejemplo, se suprimió la donación directa del Estado y se subieron los aportes voluntarios del impuesto a la renta, algo que también en Alemania se practica
¿Se puede sostener con algún fundamento que Argentina es mas católica que .Chile, Uruguay,o España por ejemplo? Creemos que no
Si del respeto a una identidad religiosa se trata, entonces habrá que tomar en cuenta algunas encuestas.
Los  datos destacan el pluralismo y la diversidad presente en el campo .religioso, junto con la preservación de una cultura cristiana.
Por supuesto, las encuestas demuestran que se esta lejos de la afirmación de la iglesia que habla de un 85%, o tal vez de un 90% de católicos practicantes.
Las encuestas hablan de un 76%de la población que se define como católica, pero de ese porcentaje, casi  dos tercios (61,10%) “se relaciona con Dios por su cuenta “y no a través de ninguna iglesia.
Siempre según las encuestas casi un 10%se declaran evangélicas, mientras que casi un 12%. Manifiesta ser ateo, agnósticos, o no tener ninguna religión .Casi un 24% de los casados legalmente, no lo hizo por iglesia, ni piensa en hacerlo.
El 76% afirma concurrir poco o nada a las iglesias, esto indica claramente un desconocimiento o rechazo a las instituciones religiosas y de una individualización de las creencias o de la fe.
¿Y de la plata a los religiosos? Un 80% la rechaza, sin embargo no toda son pálidas… Nadie puede desconocer, por ejemplo, el importantísimo papel que juega CARITAS, es un trabajo que realizan curas y religiosos con los sectores mas desprotegidos y vulnerables de nuestra sociedad.
En este punto, según  las encuestas, un  amplio núcleo de la sociedad, situado en un poco más de un 75% acepta que el .Estado contribuya financieramente.
En capital federal, por ejemplo, se destinan 800 millones de pesos, para subsidiar escuelas confesionales. Por ejemplo, a partir del gobierno de Mauricio Macri,-por supuesto, antes también- se profundizo el traspaso de recursos financieros de las escuelas publicas hacia los establecimientos religiosos.
La oposición al Macrismo denuncio una poda de 200 millones de pesos a las escuelas públicas que fueron transferidos a las escuelas religiosas en el año 2009, respecto del año.2008 (especialmente las confesionales)
En la actualidad mas de 400 establecimientos educativos porteños reciben partidas del gobierno de la ciudad para sostener los salarios docentes en una escala que va de desde el 40%(los mínimos) al 100 % (los mas) de esos sueldos.
Por ejemplo, solo el consejo superior de educación católica, recibió en el año 2008 unos $320000 mensuales. Esto es solo la punta del iceberg. Para comprobar a donde va el famoso “dinero de nuestros impuestos “(“o la plata que no tenemos”, según dice Macri cuando se trata de pagarles a los maestros, por  ejemplo)
Entre las escuelas subsidiadas figura el establecimiento educativo O.R.T., de la comunidad judía, que cobra un arancel de casi $1000 (año 2008) y tienen un subsidio de 458000$ por mes.
De esto surge que la entrega de recursos económicos van a sectores de la clase media y media alta de Belgrano, Núñez, Palermo, etc, en desmedro de lugares con poblaciones mas pobres como .Villa Lugano, La .Boca, Barracas, con un fuerte deterioro de la escuela publica.
Como se ve, el gobierno Macrista es muy generoso con la educación privada. (Incluida la confesional), pero hace verdadero terrorismo económico con la educación publica
No somos anticlericales, pero  tampoco gastaríamos pintura y tiempo en borrar pintadas como las que aparecen diciendo.: ”LA UNICA IGLESIA QUE ILUMINA, ES LA QUE ARDE” …

martes, 1 de noviembre de 2011

MORAL??.

Putrefacción moral                        


 Por Atilio A. Boron
El brutal asesinato de Muammar Khadafi a manos de una jauría de mercenarios organizados y financiados por los gobiernos “democráticos” de Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña actualiza dolorosamente la vigencia de un viejo aforismo: “Socialismo o barbarie”. No sólo eso: también confirma otra tesis, ratificada una y otra vez que dice que los imperios en decadencia procuran revertir el veredicto inexorable de la historia exacerbando su agresividad y sus atropellos en medio de un clima de insoportable descomposición moral. Ocurrió con el Imperio Romano, luego con el español, más tarde con el otomano, después con el británico, el portugués y hoy está ocurriendo con el norteamericano. No otra es la conclusión que puede extraerse al mirar los numerosos videos que ilustran la forma en que se “hizo justicia” con Khadafi, algo que descalifica irreparablemente a quienes se arrogan la condición de representantes de los más elevados valores de la civilización occidental. Sobre ésta cabría recordar la respuesta que diera Mahatma Gandhi a la pregunta de un periodista, interesado en conocer la opinión del líder asiático sobre el tema: “es una buena idea”, respondió con sorna.
El imperialismo necesitaba a Khadafi muerto, lo mismo que Bin Laden. Vivos eran un peligro inmediato, porque sus declaraciones en sede judicial ya no serían tan fáciles de ocultar ante la opinión pública mundial como lo fue en el caso de Saddam Hussein. Si Khadafi hablaba podría haber hecho espectaculares revelaciones, confirmando numerosas sospechas y abonando muchas intuiciones que podrían haber sido documentadas contundentemente por el líder libio, aportando nombres de testaferros imperiales, datos de contratos, comisiones y coimas pagadas a gestores, cuentas en las cuales se depositaron los fondos y muchas cosas más. Podríamos haber sabido que fue lo que Estados Unidos le ofreció a cambio de su suicida colaboración en la “lucha contra el terrorismo”, que permitió que en Libia se torturara a los sospechosos que Washington no podía atormentar en Estados Unidos. Habríamos también sabido cuánto dinero aportó para la campaña presidencial de Sarkozy y qué obtuvo a cambio; cuáles fueron los términos del arreglo con Tony Blair y la razón por la cual hizo donativos tan generosos a la London School of Economics; cómo se organizó la trata de personas para enviar jovencitas al decrépito fauno italiano, Silvio Berlusconi, y tantas cosas más. Por eso era necesario callarlo, a como diera lugar.
El último Khadafi, el que se arroja a los brazos de los imperialistas, cometió una sucesión de errores impropios de alguien que ya venía ejerciendo el poder durante treinta años, sobre todo si se tiene en cuenta que el poder enseña. Primer error: creer en la palabra de los líderes occidentales, mafiosos de cuello blanco a los cuales jamás hay que creerles porque más allá de sus rasgos individuales –deleznables salvo alguna que otra excepción– son la personificación de un sistema intrínsecamente inmoral, corrupto e irreformable. Le hubiera venido bien a Khadafi recordar aquella sentencia del Che Guevara cuando decía que “¡no se puede confiar en el imperialismo ni un tantito así!”. Y él confió. Y al hacerlo cometió un segundo error: desarmarse. Si los canallas de la OTAN pudieron bombardear a piacere a Libia fue porque Khadafi había desarticulado su sistema de defensa antiaérea y ya no tenía misiles tierra-aire. “Ahora somos amigos”, le dijeron Bush, Obama, Blair, Aznar, Zapatero, Sarkozy y Berlusconi y él les creyó. Tercer error, olvidar que como lo recuerda Noam Chomsky, Estados Unidos sólo ataca a rivales débiles e inermes, o que los considera como tales. Por eso pudo atacar a Irak, cuando ya estaba desangrado por la guerra con Irán y largos años de bloqueo. Por eso no ataca a Cuba, porque según los propios reportes de la CIA ocupar militarmente la isla le costaría un mínimo de veinte mil muertos, precio demasiado caro para cualquier presidente.
Los imperialistas le negaron a Khadafi lo que les concedieron a los jerarcas nazis que aniquilaron a seis millones de judíos. ¿Fueron sus crímenes más monstruosos que las atrocidades de los nazis? Y el fiscal general de la Corte Penal Internacional, Luis Moreno Ocampo, mira para otro lado cuando debería iniciar una demanda en contra del jefe de la OTAN, causante de unas 70.000 muertes de civiles libios. En una muestra de repugnante putrefacción moral la secretaria de Estado Hillary Clinton celebró con risas y una humorada la noticia del asesinato de Khadafi. (Ver http://www.youtube.com/watch?v=Fgcd1ghag5Y) Un poco más cautelosa fue la reacción del Tío Tom (el esclavo negro apatronado que piensa y actúa en función de sus amos blancos) que habita en la Casa Blanca, pero que ya hace unas semanas se había mostrado complacido por la eficacia de la metodología ensayada en Libia, la misma que advirtió podría ser aplicada a otros líderes no dispuestos a lamerle las botas al Tío Sam. Esta ocasional victoria, preludio de una infernal guerra civil que conmoverá a Libia y todo el mundo árabe en poco tiempo más, no detendrá la caída del imperio. Mientras tanto, como lo observa un agudo filósofo italiano, Domenico Losurdo, el crimen de Sirte puso en evidencia algo impensable hasta hace pocos meses: la superioridad moral de Khadafi respecto de los carniceros de Washington y Bruselas. Dijo que lucharía hasta el final, que no abandonaría a su pueblo y respetó su palabra. Con eso le basta y sobra para erguirse por encima de sus victimarios.

martes, 25 de octubre de 2011

Intereses occidentales en medio oriente.


Intervención en la Primavera Arabe


El resurgir del colonialismo

Por Federico Bernal
Cinco meses después del lanzamiento de la invasión a Libia y con los primeros reportes triunfalistas, el presidente Sarkozy anunciaba al mundo que había “llegado en Libia una nueva etapa, la de su refundación” (31 de agosto). Cincuenta días más tarde, la Francia civilizada y democrática anticipaba a accionistas, multinacionales e inversores el costo de tal “refundación”. Es que la seguridad jurídica –asegurada con el magnicidio ya planificado– debía trasladarse a números concretos. Y así fue. Un día antes del asesinato de Khadafi, el órgano oficial de las corporaciones petroleras anglosajonas y europeas –el Oil & Gas Journal– precisaba por boca del director general de UbiFrance el monto de las inversiones requeridas para la refundación de la que hablaba Sarkozy. Pero primero lo primero: ¿qué es UbiFrance? Se trata de una agencia estatal para el desenvolvimiento internacional de las empresas y compañías francesas. Opera en 46 países (a partir de octubre, en 47, al agregarse Libia). Pues bien, monsieur Christophe Lecourtier señaló el lunes 17 de octubre que “la producción en Libia necesita llevarse a tres millones de barriles diarios para 2015, con un costo de 30.000 millones de dólares entre 2011-2015”. ¿Dónde dijo esto? En el marco de su visita a Trípoli y escoltado por unas 80 compañías francesas. ¿Cuáles? La gigante petrolera Total, la cementera Lafarge y el grupo de ingeniería Alstom, entre muchas otras. Luego de masivos bombardeos y de una guerra civil, ¿qué país no precisa de potenciar la explotación de recursos para generar divisas y así, con mucho cemento e ingeniería, volver a reconstruir lo destruido? Pero hubo más detalles: “Además (de las inversiones petroleras) necesitamos unos 12.000 millones de dólares adicionales para el desarrollo del sector eléctrico y unos 4000 millones en la reconstrucción, así como también en el sector transporte, este último entre 5 a 6000 millones más”. Pero Lecourtier, como la Francia corporativa, no se contenta con estos negocios: “La caída de Muammar Khadafi proveyó a París con oportunidades en sectores en los que previamente carecía de acceso, tales como turismo y agricultura”. El apoyo financiero y militar francés fue estratégico para alcanzar la “nueva etapa” en Libia. El Consejo Nacional de Transición lo sabe y por eso los hábiles herederos de Napoleón no pierden tiempo. A propósito, Lecourtier manifestó que “a diferencia del gigantesco bazar que significaba la anterior administración, el gobierno interino cuenta con un buena mezcla de personas con expertise internacional, personas que habrán de ayudar a agilizar los negocios por venir”. Un ejemplo de los negocios a los que se refiere el francés involucran a Total. Seguridad jurídica alcanzada, la petrolera anunció la restitución de sus operaciones en Libia, con una producción diaria de 55.000 barriles, volviendo a los valores preguerra civil. En tiempos de paz, la producción de crudo estaba acorde con la cuota definida por la OPEP y en función de intereses libios. Totalizaba unos 1,8 millones de barriles diarios. Pero la crisis social, económica y energética europea precisa de mucho más. De ahí la potenciación de los volúmenes de extracción a tres millones de barriles diarios. Total, ENI, BP y alguna que otra firma estadounidense acapararán el oro negro, equivalente a unos 255.000 millones de dólares diarios (tres millones de barriles multiplicado por la cotización presente del barril, unos 85 dólares). La civilización europea y estadounidense, con sus corporaciones, fuerzas armadas, políticos y hombres de negocios han conquistado la octava y veinteava reserva petrolera y gasífera mundial, respectivamente. Y están exultantes. UbiFrance ya cuenta con tres personas en la recolonizada nación africana, a los que se les suma un equipo de técnicos establecidos en Túnez. Todos trabajan armoniosamente en la generación de contactos y el cierre de futuros contratos. De hecho, UbiFrance ya anunció la apertura de una oficina en Libia para enero de 2012. Quedan claras las maravillas que la barbarie colonial puede obrar. Y no sólo por el cinismo de personajes como Sarkozy y Lecourtier, sino también porque a muchos nos permite vincular el caso Libia con Malvinas, invadida por la OTAN en 1982 y presta a extraer petróleo en pocos años más.

La Primavera murió en Libia

Por Maurizio Matteuzzi *
Con la muerte del tirano –o con su linchamiento–, la guerra civil en Libia y la “guerra humanitaria” de la OTAN se terminaron (aun si la OTAN o sus jefes: Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos, con Italia, quisieran volverse atrás, ya aseguraron que permanecerán para velar sobre la victoria y sobre los vencedores). El de Khadafi era un fin anunciado. Y fue un fin, brutal y ultrajoso, indecente, del beduino que no se escapó ni se entregó, tal como había pronosticado al inicio el obispo de Trípoli, monseñor Giovanni Martinelli, que lo conocía bien.
Pero el fin de Khadafi, inevitable después de 42 años de poder, no es, como dirán muchos, otro eslabón de la Primavera Arabe comenzada en Túnez y continuada en Egipto. Al contrario, aquella cadena en Libia se rompió, quizá definitivamente.
Porque la insurrección libia no era, desde el comienzo, el 17 de febrero en Benghazi, nada similar a la tunecina de diciembre o la egipcia de enero. En Túnez y en Egipto hubo una revuelta en masa del pueblo, sobre todo una revuelta desarmada y pacífica. La “Revolución del 17 de febrero” en Libia, en el comienzo, fue una insurrección armada, muy armada, destinada inevitablemente a transformarse en una sangrienta y salvaje guerra civil (otra que “mercenarios africanos”...).
Con la intervención de la ONU y de aquella que aparece siempre, la “agencia militar” –la OTAN–, disfrazada de operación “humanitaria y protección civil”, el conflicto libio asumió inmediatamente la característica clarísima de una intervención de sello neocolonial. Con otros objetivos, políticos y económicos, que la protección de los civiles libios: un cambio de régimen, por cuanto el viejo “perro loco” de Trípoli, no obstante su reconversión al Occidente, no era considerado confiable para gobernar un país clave en la intersección de Medio Oriente, el Mediterráneo y Africa subsahariana, bendecida por el petróleo, de óptima calidad y fácil extracción.
Más que una operación de la Cruz Roja Internacional, la desenfrenada y sospechosa actividad de Francia e Inglaterra ha devuelto, para aquellos que tienen un poco de memoria, la aventura anglo-francesa del ’56 contra el Canal de Suez y el Egipto de Nasser. La gran ola democrática que se levantó del Maghreb a Mashreq fue tomada como pretexto por la OTAN y por Occidente para liberarse de un personaje incómodo, no en cuanto a presencia (se deberían organizar “operaciones humanitarias” en medio mundo), sino en cuanto a confiabilidad en un país “estratégico”. Y aquella Libia no fue un nuevo capítulo del drama todavía inconcluso del final incierto de la Primavera Arabe, sino una insurrección no solo armada sino heterogéneamente dirigida sin ningún cuidado por la participación generosa y en muchos casos heroica de tantos jóvenes “revolucionarios” libios. Los que parecen emerger del humo de la victoria son los viejos remanentes del khadafismo, que cambiaron de caballo en medio de la carrera, o personajes unidos con doble o triple hilo a los sponsors estadounidenses y franceses. O aquellos islamistas, o ex, ex jihadistas, ex qaedistas, que el laico Khadafi asesinaba con la bendición de Occidente.
No es el caso que la “guerra humanitaria” se inició la noche del 19 de marzo, pocas horas después de que la resolución 1973 del Consejo de Seguridad hubiera autorizado “la protección de los civiles”, con los cazas franceses lanzando misiles sobre el complejo de Bab al Aziziya en Trípoli, donde se esperaba matar a Khadafi con el primer golpe. Tampoco es el caso que haya terminado anteayer a la mañana con miles de ataques aéreos de la OTAN sobre el convoy en fuga de Sirte. A propósito: ¿Dónde estaba la ONU, que protegía a la población civil de la ciudad bajo el asedio y bombardeos continuos de los insurgentes durante un mes infernal? Hasta que se demuestre lo contrario, fue la OTAN la que al final capturó al coronel.
Mejor que haya terminado así. Para todos. Para los insurgentes, que decían que querían un proceso democrático en la “nueva Libia” pero se hubieran encontrado un poco molestos por el hecho de ser –muchos de ellos– ex khadafistas. Para los sponsors occidentales, que decían que querían mandarlo a la Corte Penal Internacional pero se hubieran encontrado ligeramente avergonzados en el momento en que el imputado Khadafi hubiese recordado los besamanos y las genuflexiones con que hasta unos meses atrás lo trataban y lo recibían los mismos que ahora lo acusaban en nombre de los derechos humanos. Para la Corte Penal Internacional de La Haya, que en pocos años perdió la credibilidad al transformarse en una Corte Penal de Occidente volcada sólo contra los “malos” de Africa o de la ex Yugoslavia, un tribunal de vencedores para juzgar a los vencidos de poco peso.
Con la muerte del tirano Khadafi se murió también la Primavera Arabe, aun si se hubiese respetado el cronograma presentado por los vencedores –el gobierno transitorio en un mes, la asamblea constituyente en 8 meses, una Constitución y elecciones “libres” al comienzo de 2013– y así al final “la nueva Libia” deviene un país “democrático” sin el temido espectro islamista pesando sobre su futuro.
Parece una contradicción, pero no lo es. Era evidente que después de haber “pasado” en Túnez y Egipto, después de la caída de los tiranos Ben Ali y Mubarak, si la ola liberadora y democrática hubiese pasado también en la Libia de Khadafi, nadie hubiese podido pararla. Después de Libia, Siria, y después derecho al corazón de la península arábiga: Yemen, Bahrein, Qatar y las otras petromonarquías del Golfo, hasta el fondo: Arabia Saudita, el verdadero objetivo de cualquier movimiento de liberación digno de ese nombre. Todos los países llenos de petróleo y de dólares, casi siempre inventados por las viejas potencias coloniales –Gran Bretaña, Francia, Estados Unidos– son regalados a los sheiks, emires y reyes, ligados contemporáneamente al Islam, luego retornando al Occidente más democrático, con el petróleo por garantía.
La Primavera Arabe murió en Libia, en la unión perversa entre las petromonarquías feudales del Golfo y un Occidente que se precipita para salvar los valores de la democracia y de la unidad, para salvar los valores del petróleo.
* De Il Manifesto de Italia. Especial para Página/12.



lunes, 12 de septiembre de 2011

Los negocios inescrupulosos del gigante del norte

 Fuente: diario MIRADAS AL SUR, Setiembre 11 2011.

Los crímenes de la ilusoria guerra contra el terrorismo



Recordatorio. El Nóbel de la Paz e inquilino de la Casa Blanca no desactivó ninguna de las guerras en las que está involucrado su país.

Daños colaterales. Una década después del atentado al WTC, el mundo es aún más injusto y más peligroso.
“Por cierto, un avión se estrelló contra el World Trade Center.” Esa información fue la primera que George W. Bush recibió sobre los atentados a las nueve de la mañana del 11 de septiembre de 2001 de boca de su jefe de personal, Andrew Card.
El presidente estadounidense se encontraba rodeado de pequeños escolares, en una visita a la Emma E. Booker Elementary School, Florida.
A las 09.04 Andrew Card volvió a pegar su boca a la oreja derecha del presidente para decirle: “Se ha estrellado otro avión contra la segunda torre. Norteamérica está siendo atacada”.
A partir de ese momento todo cambió. El mundo entero ignoraba aún que los terribles atentados terroristas de Al Qaeda que estaban teniendo lugar en aquellos minutos en Estados Unidos afectarían de tal manera a la seguridad, la libertad y los derechos humanos de tantísimos millones de personas a lo largo y ancho del planeta.
Pocos podían prever entonces que la venganza por las 3.000 víctimas del 11-S provocarían a su vez la muerte de cientos de miles de civiles en guerras en países lejanos, guerras que perduran con toda virulencia una década después. En ellas han muerto también 6.215 soldados estadounidenses; 2.300 mercenarios que trabajaban para compañías privadas contratadas por el Pentágono; 1.192 militares de países aliados de Estados Unidos y 18.678 miembros de las fuerzas de seguridad afganas e iraquíes que trabajan con las tropas estadounidenses.
Un hombre tenía en su mano la posibilidad de iniciar ese drástico y letal cambio, y lo hizo. Y aún hoy día, en sus Memorias, lo reivindica. Y ese hombre, George W. Bush, sigue libre, y será enterrado en su momento con todos los honores.
“Estados Unidos ha sido blanco de un ataque porque es el faro más brillante de la Libertad y el Progreso en el mundo. Y nadie hará que esa luz se apague”, dijo Bush en su primer discurso, grabado en la base militar más cercana a donde se encontraba, la Barksdale Air Force Base, en Lousiana, a donde fue trasladado por medidas de seguridad urgentemente.
Un día después endurecería su discurso: “Estados Unidos utilizará todos los recursos a su alcance para vencer al enemigo. Reuniremos a las fuerzas del mundo. (…) Esta lucha del Bien contra el Mal será monumental pero prevalecerá el Bien”.
Bush se transforma. Si el 10 de septiembre el índice de popularidad del presidente se situaba en el 51%, dos días después ya había ascendido al 91%.
Su país vivía una tragedia, pero el presidente número 43 había encontrado su tabla de salvación. Su supuesta dislexia, los gazapos que cometía continuamente, lo habían hecho objeto de todo tipo de burlas en Estados Unidos durante sus primeros ocho meses de mandato y ya se habían editado varios libros con lo que se dio en llamar las bushimanias.
El 11-S acabó con todo eso. Bush sacó del armario su uniforme de emperador y anunció su cruzada.
Horas después de los atentados conseguía que la ONU aprobara una irregularísima jurídicamente Resolución 1.368, por la que se reconocía el derecho de Estados Unidos a su “legítima defensa individual o colectiva”.
Bajo la presión de la gesta patriótica encabezada por el presidente, el Partido Demócrata decidió olvidarse de las duras batallas que venía manteniendo con él y comenzó a votar una tras otra todas las leyes que a partir de ese momento permitieron al gobierno tener luz verde ilimitada para todas sus aventuras represivas y belicistas.
Así se aceptó declarar la guerra a Afganistán, a Irak y convertir la prisión de la base naval de Guantánamo en un campo de concentración de cientos de sospechosos de ser talibán o miembros de Al Qaeda, trasladados desde los frentes de guerra o que habían sido secuestrados por la CIA en algún lugar del mundo.
Bush implantó un paquete de medidas antiterroristas, la Patriot Act, convertida en ley con los años. Aún vigente, permite a los servicios de Inteligencia espiar sin autorización judicial hasta los aspectos más íntimos de cualquier ciudadano.
Diez años después y bajo Administración demócrata, los recortes en los derechos civiles siguen en pie. No sólo el soldado Bradley Branning, acusado de filtrar documentos secretos a Wikileaks, sufrió un aislamiento total de meses en la prisión, a la espera de juicio, sino que sigue sucediendo con muchas otras personas.
El hecho de que los 19 “terroristas” kamikaze tuvieran residencia legal en Estados Unidos, sirvió de excusa para deportar a miles de inmigrantes a sus países de origen, aún cuando su vida corriera peligro. Todo inmigrante se convirtió en sospechoso, máxime si era musulmán y aunque estuviera casado desde hace años con un o una estadounidense. Esa práctica sigue teniendo lugar hoy día, con el gobierno del demócrata Barack Obama. Según una encuesta del Pew Research Center de fines de Agosto pasado, el 43% de los musulmanes que viven en Estados Unidos denuncian la hostilidad de las autoridades y de buena parte de la población hacia ellos.
Complicidad de Europa. Los aliados de Estados Unidos que aceptaron participar en sus guerras no pusieron objeción a que el Pentágono trasladara prisioneros a Guantánamo, negándoles sus más elementales derechos y sometiéndoles a todo tipo de torturas y vejaciones durante años.
Los servicios de Inteligencia occidentales y de muchos otros países pasaron por su parte a colaborar activamente con los agentes de la CIA en los secuestros y traslados de prisioneros a cárceles militares y centros clandestinos, para ser torturados impunemente lejos de todo tribunal. Investigaciones del Consejo de Europa y del Parlamento Europeo realizadas años después, confirmaron con todo tipo de pruebas, que la flota de aviones camuflados de la CIA hizo más de 1.000 escalas consentidas en aeropuertos europeos entre octubre de 2001 y fines de 2006.
La poderosa Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (Aclu, por sus siglas en inglés), concluyó en un reciente informe que Barack Obama mantiene las mismas directivas que Bush en la “guerra contra el terror”, “lo que coloca a Estados Unidos en riesgo de consagrar un permanente estado de emergencia en el que los principales valores han de subordinarse a las siempre crecientes demandas de seguridad nacional”.
Pese a su imagen mediática, Obama demostró también la continuidad de los “métodos” de su predecesor cuando ordenó matar en Pakistán a sangre fría a Bin Laden, desarmado, en vez de capturarlo y juzgarlo.
Las restricciones a las libertades, agresiones y crímenes cometidos durante esta década por Estados Unidos y buena parte de sus aliados han deteriorado profundamente los valores democráticos y profundizado el foso entre Occidente y el mundo musulmán. Un alimento sin duda para las posiciones más extremistas en los dos lados.
Una década después del 11-S, el mundo es aún más injusto y más peligroso.

martes, 28 de junio de 2011

ISLANDIA "TOMAMOS EL EJEMPLO DE ARGENTINA"

(Diario Perfil)

La receta de Islandia: rebelión contra el FMI y feroz castigo a los banqueros

Por L.D.
25/06/11 - 02:17
La receta de Islandia: rebelión contra el FMI y feroz castigo a los banqueros
En la calle.    Los islandeses se rebelaron en 2008 contra la ortodoxia de organismos financieros.
Ningún país europeo sufrió el embate de la crisis financiera de 2008 como Islandia. A dos semanas de la caída de Lehman Brothers en los Estados Unidos, quebraron los principales bancos en Reykjavik y se desató la peor debacle económica en ese país europeo, con un súbito desplome de la bolsa, la devaluación de su moneda y una pronunciada crisis social y política. A principios de octubre de ese año, una misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) ofreció un préstamo de 2.100 millones de dólares a cambio de que el Estado asumiera las deudas de los bancos, socializando las pérdidas de las entidades. Pero Islandia eligió un camino distinto al del resto de la Unión Europea y, a diferencia de Grecia, descartó los ajustes y optó por la rebelión.
La ciudadanía salió a las calles, convirtiéndose en los precursores de los indignados españoles. Con cacerolazos desplazaron al Ejecutivo e impulsaron el enjuciamiento de los banqueros responsables del caos financiero. Además, promovieron una reforma a la Constitución y, con ese propósito, eligieron a 25 ciudadanos para representarlos en una Asamblea Constituyente.
Las medidas exigidas por el FMI fueron rechazadas por la ciudadanía en un referéndum, que decidió en el 93% desobedecer al organismo internacional y no devolverles a ahorristas británicos y holandeses los ahorros que habían depositado en los bancos islandeses. Al no adoptar medidas de recortes, el desempleo tan sólo alcanzó el 8,3% de la población, frente a los más de veinte puntos de desocupación en España. Sin embargo, la deuda externa había trepado al 123,8% del PBI.
Apenas estalló la crisis, el actor Hördur Torfason se convirtió en uno de los promotores de la llamada Revolución Silenciosa islandesa. “Planteamos tres exigencias. Las elaboré a base de hablar con la gente. Les pregunté: ‘¿Qué quieren hacer?’. El resultado fue: el gobierno islandés, el consejo de administración del banco nacional y el consejo de la autoridad supervisora monetaria deben renunciar. Mantuve las manifestaciones durante cinco meses hasta que estas demandas se cumplieron”, le confió Torfason al diario El País. “Cuando el 11 de octubre de 2008 el primer ministro se dirigió a la nación diciendo Dios salve a Islandia, me pregunté por qué no nos salvamos nosotros”, completó el artista europeo.
“Más allá de que Islandia es considerado como el país que experimentó la peor crisis financiera de la historia, sufrió un castigo menos sustancial que otras naciones porque no optó por la austeridad y la deflación”, escribió en The New York Times el Premio Nobel de Economía Paul Krugman.
Con poco más de 300 mil habitantes, la isla europea próxima a Gran Bretaña y Groenlandia pasó en una década del crecimiento acelerado a la debacle económica. Y cuando tocó fondo, miles de islandeses salieron a las calles y reclamaron juicio y castigo a los responsables de la crisis. Sólo así lograron sortear el sombrío destino que le aguarda a Grecia.

"Tomamos el ejemplo de la Argentina"
Birggitta Jonsdottir es una de las parlamentarias de Islandia que advirtieron a la ciudanía sobre las consecuencias que tendría obedecer al FMI. Y para eso, tuvo en cuenta la crisis argentina de 2001. “Tomamos el ejemplo de Argentina para advertir a nuestro gobierno y a la nación a dónde nos dirigíamos si no teníamos las agallas de enfrentarnos al Fondo. Mostré en un pequeño cine un brillante documental sobre el genocidio social de Argentina y la nefasta experiencia de la administración de Carlos Menem”, reveló a PERFIL.
No fue el único antecedente que vincula a Islandia con Argentina. En una decisión parecida a la que tomó el gobierno de Fernando de la Rúa, el gobierno islandés decidió congelar los depósitos bancarios en 2008 y se convirtió en el primer país de Europa en instaurar un corralito frente a la crisis financiera que derrumbó su economía. Así produjo la mayor bancarrota de su mercado financiero. Sin embargo, la medida tuvo respaldo popular porque los ahorristas eran extranjeros. Aunque el Parlamento islandés aprobó en 2009 una ley de indemnización para devolver 3.500 millones de euros a 400 mil británicos y holandeses, el presidente Olaffur Grimson sometió el proyecto a un referéndum y la mayoría de la ciudadanía se negó a devolver el dinero, provocando un choque diplomático con Londres.

lunes, 30 de mayo de 2011

Coherencia Politica

 Este archivo videográfico fue sacado del blog de Aníbal Fernandez, donde rescatamos entre tantas cosas la siguiente frase en particular ,"la coherencia política resiste cualquier archivo" indudablemente Nestor y Cristina siempre la han tenido, coherencia, valuarte escaso en la pseudooposición al modelo político vigente.