martes, 23 de octubre de 2012



Entrevista al filósofo Ernesto Laclau

“Es necesario quebrar la concentración monopólica”

Por Franco Mizrahi

El reconocido intelectual resalta el valor de la Ley de Medios, advierte sobre el peligro de que la oposición interrumpa el juego democrático y analiza el triunfo de Chávez. El día en que su amigo Eric Hobsbawm se preocupó por la Presidenta.  



El filósofo Ernesto Laclau está sonriente, sentado en el bar del hotel Claridge, en el microcentro porteño, donde nos dio cita. Radicado en Inglaterra, el intelectual está de visita en el país y se quedará dos meses como lo hace todos los años. Profundo analista de la coyuntura latinoamericana, a Laclau se lo nota muy entusiasmado con el devenir de la Argentina: “Creo que, desde mi juventud, este es el mejor momento que me ha tocado vivir”, le dijo a este cronista. Esta es una de las razones por las que planea, a largo plazo, volver a instalarse aquí con su esposa, la intelectual Chantal Mouffe.
A pesar de estar jubilado como docente universitario en Gran Bretaña, uno de los referentes de la corriente posmarxista no abandonó su afán de transmitir sus conocimientos: viaja a Estados Unidos y a Brasil a dar cursos mientras sus libros son de lectura obligatoria en diversas universidades nacionales. Para no perder el ritmo analítico, el 12 de octubre fue uno de los principales oradores del ciclo “Debates y combates” que fue organizado por la Secretaría de Cultura de la Nación y se realizó en Tecnópolis.

Bajo la luz tenue del lobby del Claridge, el autor de La razón populista aseguró: “La reelección de Chávez ha sido un triunfo para toda América latina porque con esto se consolida el Mercosur. Venezuela va a transformarlo en una de las grandes fuerzas económicas a nivel internacional. Y también fue importante porque se consolida la orientación nacional y popular que muchos regímenes latinoamericanos están tomando. Es un enorme avance para los procesos democráticos de la región”.

–Parte de la oposición política argentina apostó por Henrique Capriles. ¿Qué consecuencias tuvo el triunfo del bolivariano para la Argentina en particular?

–La oposición quería capitalizar una derrota de Chávez para presentarla como una derrota de todo el movimiento nacional y popular en América latina. Desde este punto de vista, la política de la oposición se ha visto seriamente confrontada. El resultado positivo destraba el proceso político argentino e impide que haya una contraofensiva. A corto plazo hubieran podido ejercer cierta influencia.

–¿Qué opina del debate sobre la reforma de la Constitución en la Argentina y qué vinculaciones tiene con lo que usted define como “institucionalismo”?

–El institucionalismo no significa las instituciones sino que consiste en tratar de desgajar el contexto institucional de sus raíces sociales y presentarlo como un fetiche, como una panacea universal. Hay muchos discursos que no se plantean cuál es el objetivo de las instituciones sino la defensa de las instituciones porque son instituciones. Si usted lee La Nación o Clarín, el institucionalismo es una tendencia dominante. Si estoy abocando una reforma de la Constitución no es porque piense que las constituciones son prescindibles. Pero sí el institucionalismo extremo conduce a ciertas perversiones políticas. Las instituciones no son nunca neutrales: son una cristalización de la relación de fuerzas entre grupos. Por consiguiente, si hay un proyecto de cambio profundo de la sociedad, necesariamente va a tener que chocar con las instituciones tal como existen. No en el sentido de derogarlas sino de transformarlas de una manera que sea acorde con los proyectos sociales que están madurando. Es necesario hacer una Constitución mucho más acorde con el proyecto nacional y popular que la Constitución del ’94 que está totalmente dominada por la lógica del neoliberalismo. En muchos aspectos habría que volver a la Constitución de 1949.

–¿Cuál es su postura sobre la reelección indefinida?

–Creo que es antidemocrático que si la gente quiere votar por un cierto candidato no pueda hacerlo porque hay una cláusula constitucional que se lo impide. Es usar las instituciones para coartar la voluntad popular. Hay que verlo también en perspectiva histórica. Hay que ver cómo fue la relación entre el liberalismo y la democracia en América latina. Yo he citado varias veces una famosa conferencia de C.B. Macpherson, el teórico político canadiense, en la que decía que a principios del siglo XIX en Europa el liberalismo era un régimen político generalmente aceptado mientras que la democracia era un término peyorativo porque se pensaba que era el gobierno de la turba. Lo mismo que con el populismo hoy día. La tesis de Macpherson era que en Europa se requirió el largo proceso de revoluciones y reacciones del siglo XIX para llegar a un equilibrio precario pero estable entre liberalismo y democracia. En América latina ese hiato nunca se llenó del todo. Nosotros tuvimos regímenes liberales que se formaron en la segunda mitad del siglo XIX pero eran las formas políticas que adoptó la oligarquía para organizar su dominio y establecer máquinas clientelísticas en relación con las bases sociales del sistema. De modo que cuando a principio del siglo XX, el movimiento de masas comienza a afirmarse con nuevos sectores emergentes, se expresa a través de formas políticas que fueron antiliberales, en muchos casos fueron dictaduras militares de carácter nacionalista. Hoy día hemos llegado a una situación en la cual la afirmación de la voluntad nacional popular no requiere necesariamente chocar con los principios formales del Estado liberal. En ninguno de los nuevos regímenes latinoamericanos la división de poderes o las elecciones regulares están puestas en cuestión. Pero van a ser democracias de un tipo distinto de las europeas. Las democracias europeas han sido fundamentalmente parlamentarias mientras que las latinoamericanas van a ser presidencialistas. Vamos a tener regímenes democráticos con diferentes matices.

–¿Esto se comprende desde Europa?

–Se empieza a comprender ahora. Por mucho tiempo hubo un repudio general a los regímenes nacional-populares latinoamericanos. Los consideraban demagógicos, populistas. Con la falta de perspectiva que la alianza conservadora-socialdemócrata presenta al tratar esta crisis económica se empieza a pensar en formas políticas alternativas. Con (Jean-Luc) Mélenchon decíamos que de lo que se trata ahora es de latinoamericanizar a Europa (ver recuadro). 

–Según Chantal Mouffe, la confrontación es inherente a la sociedad democrática, ¿usted coincide?

–Sí, si no tendríamos sociedades de pensamiento único. Lo que es necesario para la democracia es la confrontación entre distintas opiniones. Es a través de las confrontaciones que la gente empieza a percibir que hay opciones reales en el campo político y puede a volver a interesarse por la política. Si hay un consenso y un pensamiento único, la gente empieza a desinteresarse del proceso político.

–En el marco de la confrontación, ¿cuáles son los riesgos de que acontezca lo que usted definió –junto a Mouffe– como “antagonismo”?

–Lo que tiene que haber es un antagonismo regulado. Nosotros tenemos dos jugadores de ajedrez, ellos están en una situación de confrontación pero hay reglas que están dadas por el juego de ajedrez. Si viene alguien de afuera y patea el tablero, ahí todo el sistema de reglas se rompe. Es necesario buscar un punto de equilibrio entre el momento antagónico y el momento en el cual las reglas pasan a ser aceptadas por todas las partes intermedias. El peligro que yo veo en la Argentina es que la oposición esté pasando de una actitud de antagonismo tan radical que pueda interrumpir el libre juego de las instituciones democráticas. Las líneas de confrontación se dan entre una orientación nacional y popular que corta transversalmente grupos sociales muy distintos y una actitud que se funda en el neoliberalismo, en el predominio de los grandes grupos monopólicos. La oposición real la representan los grandes medios.

–En este contexto, ¿la Ley de Medios juega un rol determinante?

–La Ley de Medios tiene que interrumpir una situación que es absolutamente aberrante: la concentración monopólica del poder informativo que es necesario quebrar como condición de un intercambio democrático.

miércoles, 17 de octubre de 2012



   
           MORON –OCTUBRE DE 2012
               
               BLANCO SOBRE NEGRO
(BASTA DE DIGERIR BRONCA TODOS LOS DIAS)

En momentos como estos, una persona de opinión formada, o que se dedique a comentar o analizar, aunque sea de forma pasajera, las cosas que suceden, se encuentra encerrado en fronteras muy… limitadas,… delicadas,…  serias.
El arma que se dispone (escrito en este caso) debe ser usado mejor que nunca para no herir susceptibilidades de nadie. (Dudosamente se logre).      
Uno le a pegado mil vueltas al asunto y a tratado de encontrar el modo de separar el análisis mas neutral de la bronca mas primaria, y hemos resuelto que esta vez no podrá ser. (Podríamos, pero no queremos), hay formas elementales que separan del mandato de las tripas, y nosotros preferimos violar las primeras formas, si al cabo las segundas se sentirán menos retorcidas,… mas en su lugar.
Así que, sencillamente y en orden aleatorio vamos a empezar:
Estamos sencillamente hartos de las operaciones de prensa montadas por Clarín, La Nación, Perfil, y todos sus tilingos y tilingas seguidores “de la gran prensa Argentina”,pero mas hartos aun ,nos tienen las conciencias lobotomizadas, que en medio de la mas feroz ofensiva lanzada por los grupos ultraconcentrado, asumieron el papel  “de idiotas útiles ”,en pos de defensa de los intereses de  “la Corpo ”. Dicen que la presidenta “no quiere escuchar”, dicen que la presidenta es “soberbia”. Hacemos nuestro un párrafo del prestigioso periodista Eduardo Aliverti de días pasados:                                                                                                                                                                                                               “…me importa una infinita cantidad de carajos tener el mas mínimo grado de consenso con esta gente. Casi desde que el mundo es mundo, el mundo se divide en clases en las más postergadas, por obra de los más dominantes de la pirámide y sobre todo en las medias, que son el jamón del sándwich, hay  franjas asemejadas que hasta salen a la calle para defender intereses que no le son propios sino de quienes las sojuzgan. Se puede creer que vale (la pena) convencer a los privilegiados y a sus loritos por vía del “dialogo”, siempre desparejo gracias a los medios de comunicación que pertenecen a la clase de punta. O practicar  el “centralismo” democrático de dar la batalla a través de los hechos, tal y como toda la vida hicieron ellos. No quiero saber absolutamente nada de pacificar las relaciones con esta gente. No quiero ni dialogo ni consenso con quienes (lo único que vociferan es) “yegua, puta, montonera”. No quiero sentarme a soportar, ni por un solo segundo, a los que quieren para CRISTINA  (es) el final de De La Rua. Me repugna que salgan a manifestar muchos de los que hace poco mas de diez años canturreaban que piquetes y cacerolas la lucha es una sola, porque les habían pasado la cuenta de la fiesta de la rata ( Menem ). No quiero saber nada con esta gente que a la primera de cambio apoyaría el golpe militar del que ya no disponen. Quiero tener con ellos una profunda división, y concentrarme en de cual manera se garantizaría mejor que se hundan en el fondo de su historia antropológico-nacional, consistente en que al negro de al lado no porte ni siquiera el derecho de mejorar un poquito.
Quiero a esa gente cada vez mas lejos, y cuando mas los veo, mas seguro estoy.”

Hablan de que no hay libertad de prensa, pero tanto Clarín, como la Nación, como Perfil, no se privaron de visibilizar carteles que decían “¿Dónde se escondió la cucaracha viuda”?, “¿ya se rajo a Río Gallego?”, otro ¿Esta vieja hija de puta fundió el país y ahora se arma su propio golpe para irse con la fortuna que le robo a los argentinos?”.
Los imbeciles clarifinificados gritan al unísono que CRISTINA no escucha. Los editorialistas de la prensa oral y escrita simplemente se dedicaron a insistir con la solicitud de que CRISTINA escuche el clamor “popular”. Nosotros preguntamos: ¿ que es lo que tiene que escuchar nuestra presidenta ? ¿que es una yegua?, ¿que es una puta?,¿ que es una corrupta?, que se vaya con Néstor, ¿Qué es una chorra? ¿Eso es lo que tiene que escuchar? ¿Que es lo que tiene que ver?, los graffitis de “ viva el cáncer? NO JODAN IDIOTAS.
En el bramido destemplado de cada día, hoy se borran las subjetividades y las particularidades de quienes hablan a través de los 301 medios de Clarín, y los de sus socios menores. Como siempre, pero mas evidente, mas crudo y mas letal, hoy, es que el multimedios es el mensaje.
La “Corpo”hace campaña con el tema de “la inseguridad”, y el pichonaje de “idiotas útiles”brama de felicidad. Este reclamo si podría ser incluido en el pésimo humor de gran parte de la sociedad, pero choca con las soluciones que propone el pichonaje de Magneto: Salir a pura bala, matar a como venga, quieren institucionalizar y legalizar el gatillo fácil. ¡SI! eso es lo que quiere el conchetaje de Barrio Norte con sus cacerolas de teflón y sus utensilios de plata importada de Paris, pero no pueden decirlo abiertamente porque la democracia le puso raya a que se pueda vomitar cualquier estupidez de note corte fascista, so pena de quedar expuesto ante la opinión publica que anda muy quisquillosa con estos temas.
Obviamente, el tilingaje vario se escuda en el anonimato de los llamados a las radios de la “Corpo”, las redes sociales, o los cartelitos de alguna manifestación de patrullas perdidas, que ni saben donde están paradas.
.Los que realmente causaron lastima fueron algunos de los “prohombres de la patria”que comparan sin ponerse colorado, la ultima marcha de los teflonero de Barrio Norte con diciembre del 2001(40 muertos, mal contados, por la sangrienta represión de De La Rua, 50 % de pobres e indigentes, un país incendiado, etc etc.)
Toda esta masacre fue comparado alegremente con un par de miles que pedían  “libertad”( libertad que ejercían, y ejercen sin ningún problema ).
Obviamente, tambien comprendemos y entendemos a los preocupados legítimos. Por ejemplo a la gente agotada e inquieta frente al hecho de tener que espaciar relaciones, o directamente perder las amistades porque cada vez que salta lo político –y no hay forma de que no salte – por un lado o por el otro y más tarde o más temprano los choques son irreconciliables.
Y acá vamos a analizar otra de las grandes mentiras de la “Corpo”. Hablan de la división, de los argentinos, de los riesgos de profundizar las diferencias, de  fijarnos en lo que separa antes que lo unificador, de no promover el consenso.
Eso de que la confrontación es buscada adrede y no como producto del intercambio de ideas. Eso de que pueblo dividido es sinónimo de sociedad que no avanzara nunca. Eso de que en una democracia no hay enemigos sino adversarios.
Pues bien, uno ya esta harto, de todas estas pelotudeces, y boludeces monumentales
De la “Corpo”. Uno ya esta harto de las mentiras de esta gente, y es hora de salirle al cruce, porque de lo contrario se legitima todas las mentiras circulantes y se impide un debate serio sobre la problemática real, de todos en general, y sobre las grandes masas desprotegidas en particular.    ¡¡¡ PEDAZOS DE INFELICES!!! ¿Desde cuando resulta que la política no es conflicto invariable y progresivo, si es que realmente hay pugna ideológica, y no una pseuda escenografia institucional democrática de cartón pintado?
¿Desde cuando es tan difícil darse cuenta de que estos sectores afiebrados “por la necesidad de dialogo” (por educación decimos esto) son el árbol genealógico de la oligarquía, de las grandes masacres en nuestra Patria desde el fondo mismo de nuestra  historia?
¿No son acaso los mismos que tiraron dos toneladas de bombas contra civiles inocentes en Plaza De Mayo en el “55”?
¿No son acaso los mismos mentores ideológicos de los genocidas del “76”?
¿No son acaso los mismos que añoran al conde de Anillaco y sus ministros que socializaron la deuda externa?
¿No son acaso los mismos que inventaron y encontraron la propiedad agropecuaria en cada oreja de indio entregada por y a la hueste de Roca?
¿Así que el pueblo fue y es su enemigo, pero el pueblo debe verlos como sus adversarios democráticos limpios y candorosos?
                                  
                                     ¡¡¡NO JODAMOS HIJOS DE PUTAS, NO JODAMOS!!!