martes, 28 de junio de 2011

ISLANDIA "TOMAMOS EL EJEMPLO DE ARGENTINA"

(Diario Perfil)

La receta de Islandia: rebelión contra el FMI y feroz castigo a los banqueros

Por L.D.
25/06/11 - 02:17
La receta de Islandia: rebelión contra el FMI y feroz castigo a los banqueros
En la calle.    Los islandeses se rebelaron en 2008 contra la ortodoxia de organismos financieros.
Ningún país europeo sufrió el embate de la crisis financiera de 2008 como Islandia. A dos semanas de la caída de Lehman Brothers en los Estados Unidos, quebraron los principales bancos en Reykjavik y se desató la peor debacle económica en ese país europeo, con un súbito desplome de la bolsa, la devaluación de su moneda y una pronunciada crisis social y política. A principios de octubre de ese año, una misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) ofreció un préstamo de 2.100 millones de dólares a cambio de que el Estado asumiera las deudas de los bancos, socializando las pérdidas de las entidades. Pero Islandia eligió un camino distinto al del resto de la Unión Europea y, a diferencia de Grecia, descartó los ajustes y optó por la rebelión.
La ciudadanía salió a las calles, convirtiéndose en los precursores de los indignados españoles. Con cacerolazos desplazaron al Ejecutivo e impulsaron el enjuciamiento de los banqueros responsables del caos financiero. Además, promovieron una reforma a la Constitución y, con ese propósito, eligieron a 25 ciudadanos para representarlos en una Asamblea Constituyente.
Las medidas exigidas por el FMI fueron rechazadas por la ciudadanía en un referéndum, que decidió en el 93% desobedecer al organismo internacional y no devolverles a ahorristas británicos y holandeses los ahorros que habían depositado en los bancos islandeses. Al no adoptar medidas de recortes, el desempleo tan sólo alcanzó el 8,3% de la población, frente a los más de veinte puntos de desocupación en España. Sin embargo, la deuda externa había trepado al 123,8% del PBI.
Apenas estalló la crisis, el actor Hördur Torfason se convirtió en uno de los promotores de la llamada Revolución Silenciosa islandesa. “Planteamos tres exigencias. Las elaboré a base de hablar con la gente. Les pregunté: ‘¿Qué quieren hacer?’. El resultado fue: el gobierno islandés, el consejo de administración del banco nacional y el consejo de la autoridad supervisora monetaria deben renunciar. Mantuve las manifestaciones durante cinco meses hasta que estas demandas se cumplieron”, le confió Torfason al diario El País. “Cuando el 11 de octubre de 2008 el primer ministro se dirigió a la nación diciendo Dios salve a Islandia, me pregunté por qué no nos salvamos nosotros”, completó el artista europeo.
“Más allá de que Islandia es considerado como el país que experimentó la peor crisis financiera de la historia, sufrió un castigo menos sustancial que otras naciones porque no optó por la austeridad y la deflación”, escribió en The New York Times el Premio Nobel de Economía Paul Krugman.
Con poco más de 300 mil habitantes, la isla europea próxima a Gran Bretaña y Groenlandia pasó en una década del crecimiento acelerado a la debacle económica. Y cuando tocó fondo, miles de islandeses salieron a las calles y reclamaron juicio y castigo a los responsables de la crisis. Sólo así lograron sortear el sombrío destino que le aguarda a Grecia.

"Tomamos el ejemplo de la Argentina"
Birggitta Jonsdottir es una de las parlamentarias de Islandia que advirtieron a la ciudanía sobre las consecuencias que tendría obedecer al FMI. Y para eso, tuvo en cuenta la crisis argentina de 2001. “Tomamos el ejemplo de Argentina para advertir a nuestro gobierno y a la nación a dónde nos dirigíamos si no teníamos las agallas de enfrentarnos al Fondo. Mostré en un pequeño cine un brillante documental sobre el genocidio social de Argentina y la nefasta experiencia de la administración de Carlos Menem”, reveló a PERFIL.
No fue el único antecedente que vincula a Islandia con Argentina. En una decisión parecida a la que tomó el gobierno de Fernando de la Rúa, el gobierno islandés decidió congelar los depósitos bancarios en 2008 y se convirtió en el primer país de Europa en instaurar un corralito frente a la crisis financiera que derrumbó su economía. Así produjo la mayor bancarrota de su mercado financiero. Sin embargo, la medida tuvo respaldo popular porque los ahorristas eran extranjeros. Aunque el Parlamento islandés aprobó en 2009 una ley de indemnización para devolver 3.500 millones de euros a 400 mil británicos y holandeses, el presidente Olaffur Grimson sometió el proyecto a un referéndum y la mayoría de la ciudadanía se negó a devolver el dinero, provocando un choque diplomático con Londres.